En un lugar del bosque había un hermoso cedro que crecía fuerte y esbelto, en el cual estaban una mariposa y una polilla.
Se encontraban ambas discutiendo de los colores de su piel.
-Mis colores son mas hermosos que los tuyos
-dijo la mariposa.
–No digas tonterías- replicó la polilla- mis colores pardos son mas bonitos
y sirven para camuflarse cuando estoy en peligro.
-Eso es verdad, pero yo no necesito camuflarme de nada porque a la gente lo
que le gusta es pararse a observar mis vivos colores, y sobretodo el lento
batir de mis delicadas alas.
La polilla y la mariposa siguieron
discutiendo durante mucho tiempo sin llegar a un acuerdo entre las dos.
Un día que se encontraron en las ramas altas del cedro empezaron a
hablar de los estampados de sus alas en
vez de sus colores.
-Mira mis estampados- dijo la mariposa- Son como unos preciosos ojos y los
tuyos son una rayas feas, grises y pardas, que no se parecen a nada bonito.
-Los árboles son bonitos, y mis estampados se parecen a la corteza de este
cedro- contesto la polilla.
-No intentes poner excusas para justifica…
De repente el piar de un pájaro interrumpió a la mariposa. Ambas se
asustaron al oírlo y se quedaron inmóviles en el sitio con la esperanza de que
el pájaro no las viera. De repente éste descendió en picado hacia la mariposa
la cual se apartó en el último momento para que no la atrapara. El ave volvió a
ascender y a bajar en picado para intentar capturar de nuevo a la mariposa,
pero volvió a fallar con la mala suerte de chocarse con el árbol y quedar un
poco aturdido. Aprovechando la situación
del pájaro, la polilla le dijo a la mariposa:
-¡Corre! Aprovecha ahora y ponte debajo de mí para que el pájaro no te vea.
-¿Estás seguro de que no nos verá?-preguntó la mariposa muy alterada.
-Claro, ¿ no has visto que a mi no me ha intentado atacar? Eso ha sido
porque no me distinguía, ha pensado que era parte del árbol. Si te pones debajo
de mí tampoco te distinguirá. ¡Aprisa!- Contestó la polilla.
La mariposa hizo lo que le ordenó la polilla. El pájaro una vez recuperado,
volvió y no encontró a la mariposa, por lo que perdió el interés y se alejó del
cedro.
A partir de ese momento la mariposa respetó tal y como era a la polilla,
llegando ha apreciar sus colores pardos que antes la desagradaba.
Hola aqui tienes el adio del cuento condistintas voces.
ResponderEliminarhttps://drive.google.com/a/salesianosatocha.es/file/d/0BxDdQ99SQ4SHamFsUEg0OUw5Nkk/view?usp=drivesdk un saludo19 Marina.
Hola aqui tienes el adio del cuento condistintas voces.
ResponderEliminarhttps://drive.google.com/a/salesianosatocha.es/file/d/0BxDdQ99SQ4SHamFsUEg0OUw5Nkk/view?usp=drivesdk un saludo19 Marina.
Perdon me he quibocado y lo enviado dos veces������ 19 Marina.
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